sábado, 31 de octubre de 2015

En Arabesco silencio. Regino E. Boti











"En su vida familiar era un hombre modesto, silencioso. Amaba el silencio, lo necesitaba. No imponía a nadie su criterio. Cada uno expresaba lo que quería y cómo entendía los asuntos. Lo más que hacía era discretamente llamarme la atención cuando estabas equivocado y te argumentaba el porqué…"

Florentina R. Boti León












Los robles caen

(Parábola de la Vida y de la Muerte)

Recorren la Horas con rítmico paso su senda invisible
y trozan los robles proceros con hacha intangible.
Es su ronda constante y profícua: la obra no cesa.
Los robles más viejos no encaran su curso. La espesa
trabazón de las ramas se aclara a los golpes fugaces
y ruedan los troncos vetustos en haces…
Se atristan los bosques al tajo de luz providente;
inmaturo viandante desoye el crujir inminente,
no el que arrugas ostenta, pues éste no ignora
que una Hora es la vida y la Muerte otra Hora.
Que prosiga la rítmica ronda su lucha intangible
y que aterren los robles al golpe invisible.
Es la obra fecunda del Caos. Es el alma del Evo
que por cada árbol seco desdobla un renuevo…
La selva se irisa. La sombra decrece;
Pero viene la savia impetuosa y la selva verdece.
Que caigan y emerjan los robles. Es ley impasible de vida.
Restañemos la sangre que arroja la herida
y a la vez es preciso llegar a la faz del otoño
con un himno en los labios para bien del turgente retoño.
Van las Horas con rítmico paso: su ronda invisible
cercena los robles con hacha intangible.

29 marzo 1912         





  


En la magia del crepúsculo 

Desde el balcón ruinoso de barandal antiguo
que como boca horrible del muro se contrae,
miro con ojos tardos hacia el vergel contiguo
en donde el viento airado las pompas verdes rae.
En el confín borroso, un horizonte ambiguo
de mar y de montaña, glaucos remedos trae,
cuando el crisol de ocaso vierte su chorro exiguo
de púrpura encendida que en el paisaje cae.
Mis sueños de conquistas morales y preseas
me acusan de cobarde; me execran mis ideas;
la soledad me arrulla con su mordiente dejo.
Imagen de mi vida de solitario, un triste
y añoso cocotero llora, reza y asiste
al gran sepelio gualda con manto de oro viejo.

10 diciembre 1906  









Partitura anónima 

Llueve, ranchea y zumba el viento.
El agua emperla el nublado gris
y se quiebra la lluvia como un lamento
psíquico sobre el techo de zinc.
Calma. Se aclara el cielo en breve;
las canales cesan de chorrear.
Tin, blon, tin, repica el agua que mueve
el zinc.
(El zinc es un wagnerizante natural.)
En el silencio del mediodía
entornados los ojos, veo pasar
los Murmullos de la selva por la selva de armonía
que dos gotas, en dos tonos, al rodar
repetidas con isócrona maestría
llegan a orquestar.
Tin, blon, tin, el pentagrama sapiente
de la nostalgia y del dolor,
tan sencillo y tan complejo que se siente
en su música del ensueño la emoción.
El zinc lleva la pauta del sinfónico
poema de dos gotas en dos tonos, nada más.
Son un grito polifónico
que sintetiza una ópera natural.
Tin, blon, tin…
(El zinc es un wagnerizante natural.)

Septiembre 1913          

jueves, 29 de octubre de 2015

La imaginación de los colores. Enrique Martínez







La realidad no existe si no hay imaginación para verla...
Paul Auster



























































ENRIQUE MARTÍNEZ Nació en Cuba en 1947 y empezó a ilustrar libros para niños hace tanto, pero tanto tiempo, que ya no recuerda qué fue lo que lo motivó a escoger esa profesión. En la actualidad, y después de tropezar con muchas piedras durante cuarenta años, le ha tomado el gusto a manchar y emborronar papeles y, luego de haber ilustrado más de trescientos libros, considera que le sería difícil encontrar un trabajo tan divertido como el que tiene.
Al margen de esa descripción tan afinada, añadir que es uno de los ilustradores más reconocidos e importantes dentro y fuera de la isla y prueba de ello son los múltiples premios que ha recibido.



miércoles, 28 de octubre de 2015

El Salmo de las palabras. Entrevista a José María Vitier





Toma mi mano,

hazme sentir que estás cerca
en la novedad de esta hora
en que mi mano es nueva en tu mano,
y es mi mano porque tú la tomas
y mi pecho ha quedado silencioso como ella, anhelante,
en el banco arrobado, suspendido por todas las estrellas.


Fina García Marruz





De mi infancia…

Durante muchos años experimenté una especie de amnesia parcial de mi infancia, pero de un tiempo para acá he empezado a recuperar algunas zonas que, en definitiva no son más que sensaciones  o vivencias , que, a veces ni siquiera pueden describirse con palabras. Si tengo que mencionar “un recuerdo” específico seguramente está vinculada al juego. A los juegos de pelota de barrio, primero en el parque frente a casa, luego en la calle y por último en un terreno de verdad , al que nos íbamos la pandilla  los domingos por la mañana. Yo ni siquiera era de los más diestros, pero allí, un día, pegué un "home-run";  no sé si sabes lo que eso significa. Me volé la cerca del terreno , que, claro, no tenía las dimensiones “ oficiales”. Era un terreno para niños.. Cuando le das realmente bien a la pelota, parece que no le has dado. Es una sensación de ingravidez …Yo tendría unos 9 años. Un recuerdo mágico.



Cuando despierta la inquietud musical en mi…

Existe la leyenda familiar de que a los 6 años o quizás algo menos, en una reunión familiar en la que mi abuela materna Josefina, que era excelente pianista, estaba tocando un tema cubano, yo sorprendí a todos acompañándola con unas maracas…(?). Siempre me ha extrañado la anécdota porque desde entonces y hasta el sol de hoy no soy capaz de tocar ese instrumento, pero bueno…El caso es que mi abuela dictaminó que tenía oído y que debía empezar a tomar clases de piano. La música estaba en casa como una presencia permanente, se escuchaba mucha música , clásica y popular,  mi padre tocaba muy bien el violín y mi hermano mayor estudiaba guitarra, así que para mi parece que fue natural comenzar aquellos estudios..Desde el principio me fue grato, incluso divertido. Como un juego más. La “inquietud”, propiamente dicha, vino después…



Hijo de Fina García Marruz y Cintio Vitier, ambos grandes, reconocidos y premiados poetas, ¿cómo reaccionan ante ese talento musical?

La música era parte de la vida familiar. Mis padres claramente me apoyaron y estimularon al máximo. Mi madre, sin ser músico, tenía (y tiene) un oído y una afinación casi perfectas, de hecho para mi está clarísima una estrecha relación entre esa cualidad y su poesía, y eso tiene que haber tenido un impacto en el niño que fui. Ese maridaje música-poesía que luego marcó mi vida, seguramente comenzó desde el principio.  Casi al final de su vida, papá dijo en una entrevista, al ser preguntado sobre el orgullo mayor de su vida,  contestó : “Mi mayor orgullo son mis hijos músicos”. Mi orgullo es que haya dicho eso. 







¿Siempre tuviste claro que el instrumento con el que mejor podrías expresarte sería un piano?

Absolutamente. El piano es mi mejor amigo.



Personalmente creo que detrás de una composición musical se ocultan los poemas que oculta el alma. En el caso que la haya, ¿que influencia literaria se intuye en tus composiciones?

En primer lugar la palabra poética. En verso y prosa. Martí, Vallejo, Lorca, Guimeraes Rosa, San Juan de la Cruz, Cervantes, la famila Orígenes, pero también Scott Fitzgerald, Sandor Marai, Carpentier, Pascal, García-Marquez. Seguramente dedico mas tiempo a leer que a escuchar música. La música que me interesa es la que habita en la misma morada que el verbo poético.



¿ Qué siente Jose María Vitier cuando se sienta en la soledad de la sala de su casa frente al piano?

Siento que no estoy solo. Una sensación de complicidad y compañía; una invitación  al dialogo que quizás implica, en el fondo, un intercambio de soledades.


¿Con qué compositor te has sentido más identificado?

Aventuro algunos nombres  (en estricto y deliberado desorden):  Bach, Sindo Garay, , Haydn, Messien, Silvio-Pablo, Villalobos, Scriabin, Ignacio Cervantes, Julián Orbón, Keith Jarret, Gismonti, Guillaume de Machaut, Jobin, Bartok…..¿Quieres seguir?…


¿De ser una pieza musical, cuál serías?

El segundo tiempo , Adagio, del Doble concierto para dos violines  de J.S Bach.






¿Qué sientes cuando te subes a un escenario y el silencio de la sala te rodea?

Siento mi propio vacío y escucho el silencio. Es impresionante el silencio que contiene un piano. Y he deseado que toda ese silencio se transforme en música, sin dejar de ser silencio.


¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Cuando termine esta gira , ya hay compromisos tocando puerta. En 2016 una residencia en una universidad de Ohio. Otra serie de conciertos en Cuba y aquí en España. Terminar  un segundo ciclo de piezas de concierto para piano. Hay nuevos pedidos para mi Misa Cubana en Cuba y otros países. Trabajar en otro proyecto con Pablo Milanés, recreando el fabuloso repertorio del Renacimiento y Siglo de Oro español.


A estas alturas de la película, ¿qué le pides a la vida?

Sencillez y misterio. En iguales dosis.


¿Cuáles son los sueños que te quedan por realizar?

Profesionalmente, escribir un concierto para piano, para el piano cubano…Alguien tiene que hacerlo.. Me gustaría volver a trabajar componiendo para el teatro, que fue como comencé hace ya 40 años…En lo personal, vivir para ver la felicidad de los seres que amo.


Si fueras una canción,¿cuál serias?

"Tus Ojos Claros”. Me alegra que sea mía















En estos meses tenemos la suerte de contar con la presencia del MAESTRO en España y os facilito la agenda de conciertos y presentaciones que brindará durante su estancia.


4 de noviembre. Presentación en el Ateneo de Madrid de la Antología  Poética “Sitio” de Fina García Marruz, editada por Ediciones Bagua y La Isla infinita, con la presencia de Silvia y Jose María Vitier Marruz, introducida por la escritora y poeta Marifé Santiago Bolaños. A las 19 horas.

15 de noviembre. Concierto de José María, en la ciudad de Denia, en el salón “Jauja” de la terminal de “Balearia” a las 19.00 horas.

18 de noviembre. Teatro de la Unión Musical. Liria. A las 19 horas. 

19 de Noviembre.  Castillo Visigodo. Ribaroja. A las 19:00 horas.

20 de Noviembre, en la ciudad de Quart de Poblet, Teatro Casino, 20:00 horas.

26 de Noviembre. Auditorio de Mallorca. Palma de Mallorca.

29 de noviembre. FESTIVAL DE JAZZ. Concierto de José María Vitier con Abel Costa. La Cárcel_Segovia Centro de Creación. Segovia.

30 de noviembre. Presentación de la Antología Poética de Fina García Marruz “Sitio”. Segovia .

3 de Diciembre Reial Cercle de Les Arts. Barcelona.





Por último, agradecer la inmensa generosidad de José María al brindar su tiempo para compartir con los seguidores de este blog unos centímetros de su alma, ha sido un placer contar contigo en este espacio...



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martes, 27 de octubre de 2015

Versos callados. Geordany Carcasés







Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente.

Rabindranath Tagore











El ciclo de algunas tristes condiciones

  Un pozo confiesa ser la copa de un gigante,
hechizado por las tierras altas donde nace el río, 
siente que peca cuando sus paredes castigan con fuerza las aguas subterráneas. 
Cumple su yo en el espacio,
descansa. 

Libre de la voluntad de las aguas se detiene en el desierto;
doblega al sol iluminar el fondo y repite pensamientos 
divinos silentes como fruto del reposo. 
La arena construye castillos monstruosos donde ocurren cosas que hay que defenderlas cueste lo que cueste. 

Al fondo la niebla ronda, 
prepara una red imaginaria de humo dulce que comienza a desangrar polvaredas infestadas por desperdicios insignificantes. 
Acomodado tras las horas de sol, 
transmite el sosiego del jardín que no molesta a nadie, 
que no arroja piedrecitas y no corre entre las plantas;
observa que la luz se mueve por sorprendente variedad de paisajes, 
Algunas partículas vienen y van en forma de hilos cristalinos. 
De pronto la tierra erosiona de manera brusca enredando tallos a su cuerpo.
A poca distancia se agita un escorpión, 
que huye de buitres que circundan la cabeza.

Vuelan a la misma altura del relámpago 
y cree que sus banquetes ostentan estrellas de su constelación. 
El ojo del arácnido no esta hecho para imaginar las cosas de este modo, 
los cierra. 
Espíritus poderosos de épocas toscas y rigurosos procedimientos descomponen. 
Digieren.
Carbonizan.
Lo dibujan en la roca, 
lo salvan. 

La voluntad de vida impone silencio. 
Las piedras callan, se amontonan,
son alimentos fáciles para las aguas,
platos imprescindibles debido a su propiedad aglutinante. 
El pozo sabe que el ciclo de estas tristes condiciones, 
en donde el relieve de su cauce se evapora, 

lo convierte en el primer buscador.













Ventana

Está Job mirando por una ventana,
lo recuerda todo.
Su rostro expresa el aspecto feroz de ardilla habitual.
Suena un piano en la alcoba.
Grita para oír por un instante el alma llena de paz.
La brisa levanta polvo 
y en instantes parpadean los ojos,
el mismo ardor profundo que provoca la luz ...pensó.
Job parado en la ventana
y las hojas de los arboles cayendo por el peso del estiércol de los pájaros.

A lo lejos con dificultad observa unos soldados cargando barras de leña.
El ramaje seco al hombro sujetado por aquellos brazos.
Construyen pequeñas cruces,
el reloj da la hora,
es mediodía.
Job sigue parado en su ventana.
Publica una lágrima
y el polvo se queda quieto.












Mi padre murió en duelo por un contrabandista inglés

Mi padre murió en duelo por un contrabandista inglés, 
en mil setecientos treinta en Portugal.

Mi padre murió por un infarto masivo mientras violaba a una clarividente,
en mil setecientos quince en Amsterdam.

Mi padre murió de la peste y fue lanzado desde un barco en el Atlántico,
en mil setecientos cuarenta y cuatro después de salir de África.

Mi padre murió en la horca bajo las órdenes de Tupac Amaru,
en mil setecientos ochenta y dos en el Cuzco.

Mi padre murió destripado por cocodrilos después de incendiar sus telares e hilanderías,
en mil setecientos ochenta y cinco en el noreste del Brasil.

Mi padre murió atragantado por su propia lengua mientras lo exorcizaba un apacible cura rural,
en mil setecientos noventa en boca de tigre Uruguay. 

Mi padre lo mató el Siglo de las Luces.





Geordany Carcasés, artista cubano multidisciplinar, músico,  director teatral, actor y poeta, nos brinda dos de los poemas  que fueron publicados en la prestigiosa revista americana Cuadernos de ALDEEU,  Mi padre murió en duelo por un contrabandista inglésVentana. Agradecer especialmente que haya querido compartir en este blog uno de sus poemas inéditos, El ciclo de algunas tristes condiciones.

lunes, 26 de octubre de 2015

El ocaso de Europa. Alejo Carpentier







Viernes 14 de junio de 1940: amanece; un retumbar ininterrumpido despierta de su sueño a la ciudad; son los miles de pisadas de botas en la calzada de los primeros soldados alemanes entrando en Paris. La esvástica queda enarbolada en la azotea del Arco de Triunfo pasadas las 10 de la mañana. Tras presentar sus respetos a la tumba del Soldado Desconocido, los generales de la Wehrmacht dan la orden de comenzar el desfile de las tropas. Paris ha caído. Una semana después, ocupada la ciudad, Adolf Hitler se retrata delante de la Torre Eiffel: Europa quedaba, tras la blitzkrieg, la "guerra relámpago", humillada y rendida a sus pies.

  El ocaso de Europa plasma la mirada de un observador, Alejo Carpentier, que escribe desde Cuba, a un océano de distancia de aquellos acontecimientos, pero que vive como un drama intimo el espectáculo de una Europa en ruinas, devastada por la vileza y el horror extremos, que cuestionaban la vigencia y validez del antiguo proyecto iluminista basado en la razón y en la fe en el progreso. Para Carpentier, cronista de excepción al calor de una coyuntura histórica convulsa y llena de urgencias, la catástrofe vivida por Francia no se debió tanto a su derrota militar como a la destrucción de su inteligencia: las trincheras en las que Europa perdió la batalla no fueron otras que las de la cultura, fruto de la "traición" a sus esencias espirituales. Los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, con la debacle bélica francesa y la hegemonía militar nazi en primer plano, evidenciaban ante todo esa crisis espiritual y un mundo que agonizaba.

  Carpentier reflexiona, en estas crónicas inéditas hasta ahora en forma de libro, acerca de las posibles causas de esa catástrofe y en sus consecuencias futuras. La derrota sin paliativos sufrida por el país que había sido faro y guía de la cultura occidental se constituirá en prueba definitiva del Viejo Continente y sus valores.







domingo, 25 de octubre de 2015

Correspondencia. Gastón Baquero













A Lidia Cabrera

Querida, querida Lidia:

La gente que habla swahili, gente de toda cortesía, abre su saludo diciendo: ¿jambo? ¿abari gani? que es la versión elegante de nuestro decir montuno y criollo ¿quíubo, qué pasa en el timbeque? Jambo, y quíubo, y holaquetál, te digo. Y como siempre, te escribo Lidia con i, porque en español eso es pelea, lucha, batalla. La y no le pega nada a una criolla rellolla. Con la i de Martí hay bautizo suficiente.
Florencio me dice que va a dedicarte un número de su admirable periódico de arte y patria, dos cosas que siempre están vivas y con ímpetu de carga al machete, de mambisería, en Florencio. Y como a él es inútil decirle no, porque hace mucho rebanó del diccionario esa palabra, como quien se saca la nigua del dedo gordo con una agujita de hacer canebá, yo acepto con gozo el participar de alguna manera en este “asaltico” que en el día de tu santo Florencio y muchos más quieren darte. Me arrebato y entro en la trulla guajira de tu alabanza, con sombrero de guano, con zapatos de baqueta, con filipina cruda, ¡y con bandurria! para cantarte el punto guajiro como una diana por el veinte de mayo, y por tu veinte de mayo.

No me gusta la palabra “homenaje” porque casi siempre rima con paliza y con uno de esos discursos que llaman algunos cubiches “arranque tribunicio”. ¡Solavaya! Decir “vamos a darle un homenaje a Fulanito”, o algo peor, vamos a darle un “homenajito” (en mi pueblo había una maestra linda y achocolatada como un cucurucho de Baracoa, que decía homenajecito y resoponcito), es como amenazar a un niño con leerle un artículo de E. R. de L. [se refiere a Emilio Roig de Leuchsenring] enCarteles, tortura prohibida expresamente en las partidas de Alfonsito el Sabichoso.

¡Los homenajes con discurso! ¿Te acuerdas de aquel amigo, bajito, melenudo, que parecía un león con cólico nefrítico nada más trepar a la tribuna, y perdía la noción del tiempo (no sin advertir modestamente al comenzar “voy a ser breve, muy breve”), y se arrojaba en la borrachera de las palabras, y traca, traca, traca, y fuácata, fuácata, fuácata, dejaba a los comensales hechos una cutarita, despeluzados como malatobos espoloneados por gallitos-giro de Manila rociados con sangre de cotunta?

No quiero imitar esto, ni aun por escrito que puede dejarse cuando uno quiera, porque sumarse a un homenaje por letra impresa no puede ser tampoco una ocasión para sacar el pavo real que llevamos dentro a pavonearse bajo el sol. Lo que quiero decirte, Lidia con i, es que me parece muy bien que gracias esta vez a Florencio podamos dejar regrabado en letras el sentimiento de gratitud hacia ti, que junto con el de cariño, tenemos muchos de los criollos que para ser completamente tales vivimos hoy como vivieron los mejores cubanos del siglo pasado, sin patria, pero sin amo.

Por muchas que sean las repeticiones escritas de estos sentimientos guajiros, criollos de raíz, ganados por Lidia en las almas de los cubanos-cubanos, siempre serán pocas en comparación con lo que te debemos. Lo escrito queda, y puede ser perenne, hasta donde cabe aspirar a perennidad para las acciones humanas. Lo que escribamos de ti, lo escribimos e imprimimos de la cubanía perfecta. (Iba a decir, no de ti, sino sobre ti, pero me avisé a tiempo de que escribir o imprimir sobre ti sería como anunciarte que vamos a hacerte un tatuaje, ¡y a no ser que se tratase de una palma real pintada por Botticelli, no veo cuál otro tatuaje sería propio de ti!). Por mucho que digamos en alabanza de quien como tú dedicó y dedica su vida a enseñarnos a identificar y a amar las raíces, no devolvemos ni la milésima parte de lo que nos tienes dado.


Lidia: hiciste muy bien en nacer un 20 de mayo. Eres lista prenatal. Naciste en el día del nacimiento de la República, y tú y yo sabemos a cuánta maravilla sabe la palabra República, la República. Lo que eso quiere decir para los cubanos con un poquitico de raíces criollas intactas, es difícil contarlo a los extraños. Ahora andan sueltos por ahí y por aquí, y por todas partes, algunos cubanitos comemierdas que dicen no sentir la patria, ni importarles nada su destrucción ysu pena. Yo creo que adoptan esa pose, no por la cursilería de hacerse los europeos o los norteamericanos, sino porque les falta el valor de amar a Cuba, de querer a la patria, y estar lejos de ella. Para no sufrir, fingen no amar, no sentir nostalgia, ni echar de menos las raíces. Han hecho de la expatriación una despatriación, para que no les duela la diáspora, porque su egoísmo, su frivolidad y su hedonismo de quincallería les exige quitarse del corazón todo lo que pueda llevarlos al santo insomnio de Cuba.
Ahora que nos acercamos a la hora del bilan, del pasar balance, tú tienes que sentirte muy serena y contenta de tu fidelidad a la cubanía, a lo criollo rellollo. Habrá nacido contigo, dirás, para quitarle importancia a tu actitud y a tus aptitudes. Pero venga de donde venga, de volición o de destino, esa encarnación que hay en ti de lo criollo profundo, es cosa que fue, es y será una bendición para Cuba y para los cubanos.

El veinte de mayo nació una nueva manera —diseñada por Martí sobre la materia prima que venía borboteando entre las venas de la isla a lo largo de tres siglos— de ser entendida y cumplida la convivencia ideal de los cubanos. Las dificultades, las desobediencia a lo dictado por los Fundadores resumidos en el Fundador de la República, los incumplimientos y deslealtades con la patria, no dañan para nada al ser auténtico de la patria. Una de las características del bien es la resignación y la paciencia con que se espera que pasen los días del mal. La República, la Idea de la República del 20 de mayo, no ha muerto, ni puede morir.
Quienes, ciegos ante la historia y ante la verdad de esa República, han creído posible borrar las fechas, anular la manera martiana y pura de la convivencia, destruir todo el edificio de la República (dicen ellos que por tener grietas aquí y allá, goteras y defectos en la cumbrera exterior del tejado), no han podido hacer otra cosa que encadenar y retrotraer a Cuba a otra manera de colonia, cien veces más atroz que la anterior. No celebran el 20 de mayo, ni el 10 de octubre, ni el 24 de febrero, ni el 7 de diciembre, porque se han quedado sin raíces y sin libertad —¡el bien de los bienes, hasta para las bestias!— y pretenden que su patria está en Moscú, y que su Céspedes es Lenin, su Martí Fidel, y su Maceo el Ché. Decían “patria o muerte”, y la gente aplaudía; aplaudía hasta que descubrió que lo que querían decir estos cabritos era “patria muerta”. Decían traer la libertad, la paz y el bienestar para todos, y lo que trajeron fue la M del marxismo-leninismo, que en el vientre trae únicamente, y siembra en cuanto se apodera de un país, las cuatro emes terribles: muerte, miseria, maltratos y mierda. Y si al horror del marxismo-leninismo le agregas a Castrico y su morralla, ¡quiquiribú mandinga!

Frente a los que intentan borrar de la conciencia de los cubanos, hállense dentro o fuera de Cuba, y sea cual sea la edad de cada uno, la noción verdadera de patria, de la cubanía, de la criolledad (noción excluyente de la esclavitud y de la crueldad, los dos pilares del comunismo), frente a esos desdichados, ¿no tenemos que sentir multiplicada por mil la gratitud ante los que como tú aman a Cuba, y traen cada día un recuerdo, una lucecita más para que no se esfume la imagen, para que no se haga en nosotros la oscuridad de oscuridades que es no amar a una patria, no sentir una raíces, no recordar la enorme dicha de haber nacido en Cuba,la gloria de ser cubano.
Lidia, te dejo. No quiero darte la lata en vez de tocar la diana del 20 de mayo, el tararí de la alegría porque te tenemos, la diana por tu nacimiento, que era todo lo que quería decirte. Nosotros los tauros estamos orgullosos de que pertenezcas a la Casa Zodiacal que fue la cuna de Shakespeare, de Mahoma, de Ortega y Gasset, del Papa Woitila, y donde se nos coló Carlos Marx, que era el menos malo de los marxistas, y que se espantaría de ver lo que han hecho con él, como se espantarían Cristo y Martí, de lo que han hecho con el cristianismo y el martianismo muchos de sus presuntos seguidores.

He dicho más de una vez que las dos máximas desgracias históricas de la humanidad son las manos en que acabó por caer el cristianismo, y las manos en que cayó el socialismo. Los latinos teatralizaron y deformaron el cristianismo, por estatizarlo como los españoles, o por politizarlo y comercializarlo como los italianos; y los eslavos secuestraron el socialismo y lo monstruizaron en el molde tradicionalmente tiránico y esclavizador de aquella gente. Ni el latino concibe la humildad, ni el eslavo concibe la libertad, salvo rarísimas excepciones: San Francisco de Asís de un lado, Fedor Dostoievski de otro, y pocos, muy pocos más en ambas filas. ¡Un desastre que abarca veinte siglos de historia!
Perdóname por citarme a mí mismo, señal de que mi mala educación empeora por días. Estoy llegando, si no he llegado ya, a esa insoportable edad en que el hombre sólo habla de sí mismo, la edad del yo-yo-yo, que es también la de la vuelta al yoyo, pues por algo dijo Chateaubriand que un viejo es dos veces niño, y por algo dice un cuasi-poeta amigo tuyo llamado Gastonet que el viejo es un orinal donde mean los elefantes de los ángeles.
Te dejo al fin, que esto va pareciéndose a un discurso del caudaloso doctor Zayas. Yo aprendí a reconocerte el tesoro de la cubanía a raíz de lo que de ti pensaba y decía Lezama. Íbamos a verte a San José, a ti y a esa Dama Cubana pura que es Titina Rojas, como quien iba a una ceremonia de rebautizo bajo una ceiba. Cierto es que ni a él ni a mí nos faltó nunca el cordón umbilical bien ceñido a la tierra nuestra, pero de tiempo en tiempo sentíamos la necesidad de empaparnos más de lo cubano, como bajo un aguacero tremendo, de los que traen enterrado en los goterones de lluvia los frutos y la vida. Y fue Lezama quien nos confirmó la fiesta innumerable que es nacer donde nacimos.

Sé, Lidia, que no hace mucho bailaron un danzón Eugenio Florit y tú. Esa estampa criolla no me la perdí, porque yo vivo en el recuerdo, respiro por la memoria. Vi y reviví esa danza de ustedes, y me sentí muy feliz. Ya vendrán otros tiempos. Quizás no estaremos corpóreamente en ellos, ni tú, ni yo, ni ninguno de cuantos hoy estamos al lado tuyo duplicando el amor al 20 de mayo. Pero de algún modo sí estaremos allí, estaremos en los tiempos del otro renacimiento de Cuba, porque nunca hemos dejado de sentirnos extranjeros dondequiera hayamos vivido y vivamos fuera de Cuba. Albert Camus lo expresó a la perfección: Étranger, qui peut savoir ce que ce mot veut dire. Y el sol nuestro de cada día, el Martí de exilios infinitos, dijo: “Ya tarde a casa vuelvo [sic]: ¿Casa dije? no hay casa en tierra extraña!” [sic]. Somos extranjeros, a mucha honra, pero a mí en particular me duele que criollas como tú no puedan celebrar en Cuba el veinte de mayo de cada año y de todos los años, sea sobre o debajo de la tierra cubana, que es lo mismo.

Iba a despedirme con saludo africano-cubano, tomado, naturalmente, de un libro tuyo, pero recordé aquello que le dijo Nicolás Guillén a Stalin: “Capitán, a quien Changó proteja y a quien resguarde Ochún”, y luego de reírme abundantemente de esta comemierdería de Guillén, dí marcha atrás, por si acaso. Me despido sin más a la criolla, de ti, guajira profunda, capaz de hablar lo mismo con Rudyard Kipling que con Tata Cuñengue: ¡hasta pronto, hasta lueguito, hasta siempre, Lidia!

Un abrazo mío para Titina. Un recuerdo grande, de gratiud, para la buena gente que te quiere y te ayuda a seguir con la luz del alma encendida para iluminación de Cuba y de los cubanos. Pienso en Josefina Inclán, en Rosario Hiriart, en tantos nombres que, a la l no puedo poner aquí ahora. Tú eres algo tan especial, que has conseguido que hasta algunos mequetrefes del sub grupo Orígenes, que no respetan nada ni a nadie, se quiten ante ti el mugriento sombrero. Te pasa un poco lo que a Martí, que hasta los comunistas tienen que pretender apropiárselo. Tú eres demasiado buena. No te dejes entrevistar ni dar la lata por ninguna cagarruta con espejuelos, como esa que te entrevistó hace poco. Cuídate como un gallo fino, por dentro y por fuera. Huye de la gente con focú, de la que hay abundancia en Miami, capital del bembeteo, donde hay tantos que no pudiendo matar a Fidel de un bombazo quieren matarlo de un bembazo.

Te quiere, y pide bendiciones para ti a la luna, a la albahaca, a las nubes, a los montes, al mar, tu amigo, guajiro de Bijarú, de Remanganangua y de los Remates, de Bayatiquirí y de Baní, de Camagüey y de Camajuaní, del Cobre y de Jatibonico, tu amigo,

Gastón